Texto de exposición de Franco Verrascina. Valeries Factory, octubre 2024
Frenetik Void es el alias tras el cual el artista Franco Verrascina ha desarrollado una reconocida trayectoria en el campo del crypto-arte. Aún antes del advenimiento de la Web 3.0, Verrascina publica y expone sus composiciones digitales en diversas galerías online, plataformas y redes sociales como Tumblr, el grupo Glitch Artists Collective de Facebook y posteriormente en Instagram. Estas imágenes -creadas mediante una combinación de softwares de dibujo, generación de imágen y modelado 3D- encontraron en el sistema de distribución y comercialización posibilitado por el auge de la tecnología blockchain y los non-fungible tokens (certificaciones robustamente encriptadas para la creación de objetos digitales únicos) no solamente un canal de comercialización sino un ecosistema en el cual promover una comunidad descentralizada, local y global. En 2020, Verrascina fundó un canal (dentro de la red social Discord) llamado Cryptoarg, un espacio en torno al cual se constituyó una comunidad colaborativa para facilitar el onboarding de artistas interesados en acuñar sus trabajos digitales en forma de NFT. Allí, colaboró junto a otros artistas en la creación de drops colectivos para elevar el perfil de los participantes mientras se compartían recomendaciones sobre cómo manejarse en un mundo excitante y promisorio pero que demostraba ser susceptible a la proliferación de estafas y manejos turbios. Como parte de un reducido grupo de jóvenes artistas que abordaron este nuevo medio desde sus inicios, Verrascina es considerado referente de una escena que en Argentina se desarrolló de manera muy precoz. Como fenómeno global, esta tecnología causó una revolución por la manera en que volvió coleccionable lo que antes eran creaciones infinitamente replicables, estableciendo una suerte de escasez digital cuyo impacto hacia el futuro es todavía difícil de ponderar.
El imaginario de Verrascina es una manifestación en clave surrealista de un inconsciente configurado por simulaciones, videojuegos y el egregore de un planeta cada vez más alucinado. Un early adopter de los programas de generación de imagen mediante inteligencia artificial, Verrascina dice buscar algo que él define como "la chispa" en el interior de una multiplicidad abismal de imágenes generadas por un algoritmo que él mismo entrenó. Este concepto recuerda al del "punctum" descrito por Barthes cuando abordó la cuestión del valor artístico de esa otra monumental disrupción tecnológica que dió lugar al primer mar de imágenes: la fotografía. De esta intuición nace la diferencia entre su obra y la de muchos otros creadores nativos del mundo crypto, que parecen satisfacerse con la superficie lujosa de una factura rutilante. En su muestra "Sereno de mi mente"(2023), Verrascina comienza su excursión hacia el campo del arte contemporáneo (al cual la comunidad crypto tilda de manera algo socarrona como el "arte tradicional"). Allí el artista desplegó una instalación inmersiva e interactiva que combinaba referencias autobiográficas con mecánicas de videojuego en una exploración sobre cómo encarnar su práctica pictórica -nativa de pantallas y plataformas- en el espacio offline (al cual la comunidad online a veces tilda, también de manera socarrona, como "meatspace"). La exposición _PARA EDITAR profundiza en este vector de densificación conceptual y corporización de la obra digital.
Mediante el desarrollo de un sistema constructivo industrializado con el cual presentar las imágenes lumínicas, estas se independizan del uso de monitores estandarizados e inauguran el desarrollo de un lenguaje material con el cual el artista explicita la infraestructura técnica, social y cultural sobre la cual se ejecutan las infinitas simulaciones del ciberespacio. Este proceso ocurre en paralelo con un refinamiento de las técnicas generativas que utiliza para la creación de imágenes, retroalimentando esta inteligencia artificial con el gigantesco archivo de su producción visual. El resultado es la creación de una especie de doble artificial del artista, con el cual se comunica de manera "casi telepática" para obtener capas y fragmentos que luego utiliza en sus nuevas composiciones, posibilitando así procesos creativos transmutados tanto por una velocidad vertiginosa como por la naturaleza impredecible de una práctica que se aleja de la manipulación obsesiva del pixel. En _PARA EDITAR, la conjugación de una estrategia de reificación de las obras digitales de Verrascina y la creciente automatización de su técnica compositiva nos señalan el comienzo de una nueva era de la producción artística y de la actividad humana en general, una suerte de "arte en la época de la generatividad técnica", donde la labor productiva y la expresión creativa parecen confundirse en una superposición donde lo virtual y lo real finalmente se vuelven imposibles de distinguir. Los seres digitales y amalgamas biomecánicas que habitan el imaginario de Frenetik Void tienen la urgencia de un presente en el cual esta mutación ya ha sido consumada y cuya profundización se acelera de manera exponencial.